Félix Schlayer. Cónsul y Encargado de
Negocios de Noruega en España (1936 – 1937)
Un Diplomático en el Madrid rojo
Este libro fue publicado el año 1938, en
alemán por la editorial HERBIG, VERLAGSBUCHHANDLUNG. (Berlín).
Traducción de Carmen Wirth Lenaerts
Introducción:
Este libro carece de toda intención
política, solamente pretende describir los acontecimientos que se produjeron en
Madrid, coincidiendo con mi actividad diplomática, desde julio de 1936 hasta
julio de 1937.
Por ello, quiero dejar constancia de que
los tristísimos hechos que se relatan fueron vividos por mí , como
consecuencia, me produjeron el estado anímico que es de imaginar, en lo
subjetivo. No basante, tengo especial interés en manifestar que mi narración de
los acontecimientos refleja fielmente la verdad, sin ninguna concesión, y tal como
los presencié y comprobé personalmente.
Las circunstancias especiales que en mí
concurren, me autorizan a considerarme con la suficiente capacidad para hablar
de la España de nuestro tiempo, en general, y de las circunstancias propias de la
Guerra Civil, en particular. Por consiguiente, y como refrendo, sobre todo por
lo que respecta a su credibilidad, relaciono a modo de presentación, mi
historial profesional en España.
Resido en España desde 1895. Nací en
Rentlingen (Württemberg) en 1873. Mis actividades me han mantenido en contacto,
preferentemente, con la población campesina, mayoritaria en España, y mis innumerables
viajes en toda clase de vehículos, desde el carro de mulas, hasta el avión, me
llevaron a muchos pueblecitos, aldeas y rincones a los que, de no ser así, rara
vez llega un extranjero. En el verano de 1936, yo era en mi calidad de Cónsul
de Noruega, el único representante oficial de dicho país en Madrid. Al poco
tiempo me nombraron Encargado de Negocios y en Madrid me quedé, en activo, hasta
julio de 1937, en que gracias a mi condición de diplomático, pude salir de
España, lo que me libró de ser asesinado por orden del gobierno rojo.
Gracias a mi puesto de carácter
diplomático disfrutaba, naturalmente, de gran libertad de movimiento, lo que me
permitió vivir y observar, en infinidad de situaciones, el acontecer revolucionario
de ese primer año en Madrid.
Por razón de mi cargo, tuve muchas
ocasiones de conocer antecedentes y sucesos, privativos de personas, que se
producían en un limitado ámbito familiar y cuyas noticias no trascendían, fuera
de ese círculo.
Pero de lo que sí me di cuenta, fue de
que mis descripciones verbales despertaban en todas partes gran interés, por lo
que llegué a tener el convencimiento de que el hecho de publicarlas podría
llenar un vacío, tanto más cuando el relato verídico de muchos episodios y
situaciones reflejan elementos sintomáticos del acontecer español y podrían
contribuir a su testimonio histórico.
Renuncio explícitamente a cuanto suponga
una intención proselitista. Cada cual podrá sacar su consecuencia de acuerdo
con los hechos relatados y su opinión personal en cuanto a los resultados.
¡Quizás contribuya mi relato a que más
de uno acierte a vislumbrar la luz y le facilite a encontrar el valor de un
orden establecido!
Me impuse la obligación de referir los
hechos, sin exageraciones de ningún tipo, sin adornos literarios, manteniéndome
estrictamente fiel a la verdad. La verdad lisa y llana es más que suficiente para
confirmar mi opinión de que la elección entre lo “rojo” y lo “blanco”, en
España, es mucho menos un asunto de política que una cuestión de moral.
Como introducción, hago una breve
exposición de conjunto, a grandes rasgos, de los acontecimientos que
precedieron a la Guerra Civil y que fueron la causa final que contribuyó al desencadenamiento
del conflicto español, y entre cuyos partidos políticos integrantes, los del
Frente Popular fueron los máximos responsables del movimiento revolucionario
rojo.
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