lunes, 5 de noviembre de 2012

Más de Cataluña sobre la iniciativa de Mas.

 Varios centenares de intelectuales y profesionales han firmado en Cataluña un llamamiento a favor de la izquierda y del federalismo para responder al creciente secesionismo estimulado por Convergència i Unió, desde el Gobierno de la Generalitat, así como por otras fuerzas políticas de afinidad nacionalista.
Queremos atender esa llamada porque los promotores de una independencia inmediata de Cataluña aducen beneficios obviando penosas consecuencias para todos. Además se eximen de responder a los ingentes problemas que, como europeos, como españoles, como ciudadanos de una comunidad autónoma y como vecinos de un municipio, nos plantea la crisis económica y la incapacidad que aquí y en Europa se advierte para adoptar decisiones válidas. Añadir una propuesta de secesión augura, bajo el pabellón de un nacionalismo exacerbado, el desbordamiento a corto plazo del malestar social al que nos viene arrastrando el súbito empobrecimiento y el vértigo de la desesperanza de un número creciente de ciudadanos.

Los independentistas convierten su particular idea de España en el chivo expiatorio sobre el que cargar todos los malestares. Abonan así el terreno a la exigua minoría que, desde el resto de España, se propone hacer otro tanto con su particular idea de Cataluña. La afirmación de que España perpetró agresiones contra Cataluña es una desgraciada manipulación del pasado, que olvida deliberadamente cómo en los conflictos y guerras civiles en los que todo el país se vio envuelto, los catalanes, al igual que el resto de los españoles, se dividieron entre los diferentes bandos.
Ni Cataluña está sometida a un expolio por parte de España, ni el común de los españoles alberga sentimiento alguno de menosprecio hacia ella. Bien al contrario: Cataluña suscita afecto, admiración y reconocimiento, entre otras razones porque sin ella, sin su lengua, sin su cultura y sin su aportación solidaria, no puede entenderse la España democrática. Las fuerzas políticas que han abrazado el independentismo calculan que, dada la drástica reducción de los recursos del Estado y los padecimientos de la crisis, sería llegada la hora de pugnar por sus aspiraciones maximalistas, sin atender al orden constitucional pactado por todos.
En Cataluña existe un profundo sentimiento nacional, del que el resto de los españoles es plenamente consciente. De ahí que sostengan con firmeza que haya de ser reconocido e integrado de nuevo en el seno de instituciones compartidas. No obstante, si ese sentimiento de forma mayoritaria se manifestara contrario de modo irreductible y permanente al mantenimiento de las instituciones que entre todos nos dimos, la convicción democrática nos obligaría al resto de los españoles a tomarlo en consideración para encontrar una solución apropiada y respetuosa: los ciudadanos de Cataluña tienen que saber que este es nuestro compromiso irrenunciable. Pero tienen que saber también que en el resto de España y en la misma Cataluña hay muchas voces que reclaman seguir avanzando juntos.
El programa de construcción nacional incentiva a los independentistas a sentirse víctimas de una opresión por parte de España, a rechazar la toma en consideración de las propuestas de entendimiento y a silenciar o relegar a todos aquellos ciudadanos catalanes que no suscriban ese programa de secesión. La transición de la dictadura a la democracia se hizo de la ley a la ley pasando por la ley. Ahora, paradójicamente, los independentistas para llevar adelante su denominada transición nacional se proponen violentar la ley democrática, hecha por todos y para todos, con el propósito de alumbrar una ley nueva, hecha solo por los que se sienten llamados a una misión sin contar con los demás. En la aritmética política sucede que el orden de los factores altera el producto.
Ni España ni la Constitución de 1978 ni el Estatut de 2006 niegan a los ciudadanos de Cataluña ejercer su derecho a decidir; son los partidos que apoyan la fulminante independencia de Cataluña quienes confunden las opciones al concurrir, una tras otra, a las citas electorales con programas edulcorados, indoloros y sin coste político, social o económico alguno, pensando ampliar así sus apoyos en las urnas.
Es preciso que CiU y otras fuerzas de afinidad independentista asuman sus graves responsabilidades en la equivocada gestión de la presente crisis económica y en los abusos en que incurrieron y dejen de exculparse bajo el supuesto expolio perpetrado por España. Esa estrategia de exculpación les ahorra el debate económico y social que necesitan tanto Cataluña como el resto de España, exacerbando y absolutizando, en su lugar, un debate nacional y nacionalista.
Consideramos, además, que todas las fuerzas democráticas deberían sumarse en la búsqueda de un mejor encaje institucional para Cataluña, de una financiación más justa y de una federalización del deteriorado Estado de las autonomías, que inscriba en su norma suprema la solidaridad interterritorial y los criterios de su aplicación compatibles con el esfuerzo común de todos y el principio de ordinalidad. Por ese camino podremos seguir ampliando las cotas de libertad, igualdad, progreso y respeto mutuo logradas con la Constitución de 1978.


 Algunos firmantes del texto
    Aguilar, Miguel Ángel. Periodista.
    Alberdi, Inés. Catedrática.
    Almodóvar, Pedro. Cineasta.
    Alvarez Junco, José. Catedrático.
    Arregi, Joseba. Exprofesor de la UPV y exconsejero de cultura del Gobierno Vasco.
    Azúa, Félix de. Escritor.
    Barreiro, Belén. Socióloga.
    Caballero Bonald, José. Escritor.
    Cajal, Máximo. Embajador de España.
    Casanova, Julián. Historiador.
    Cortés, Matías. Catedrático de Derecho Financiero.
    Croissier Batista, Luis Carlos. Economista.
    Eguiagaray, Juan Manuel. Economista.
    Goytisolo, Juan. Escritor
    Grandes, Almudena. Escritora.
    Guelbenzu, José María. Escritor.
    Juliá, Santos. Historiador.
    Laborda, Juan José. Senador constituyente.
    Lindo, Elvira. Escritora. Madrid.
    López, Cayetano. Director del CIEMAT.
    Luna, Álvaro de. Actor.
    Mariscal, Javier. Diseñador.
    Martín Pallín, José Antonio. Magistrado Emérito del Tribunal Supremo.
    Martínez Reverte, Javier. Escritor.
    Martínez Ten, Carmen. Pta. Consejo Seguridad Nuclear.
    Moneo, Rafael. Arquitecto.
    Muñoz Molina, Antonio. Escritor.
    Ontiveros Baeza, Emilio. Catedrático.
    Probst Salomon, Barbara. Escritora.
    Quadra Salcedo, Tomás de la. Catedrático.
    Querejeta, Elias. Productor de cine.
    Rábago, Joaquín. Periodista.
    Recalde, José Ramón. Ex consejero Gobierno Vasco.
    Ridao, José María. Diplomático y Escritor.
    Rubio Llorente, Francisco. Catedrático Derecho Constitucional.
    Sánchez-Gijón, Aitana. Actriz.
    Solchaga, Carlos.
    Vargas Llosa, Mario. Escritor.




El presidente de la Generalidad y candidato de CiU a la reelección, Artur Mas, ha dicho hoy que "ni los tribunales ni la Constitución" podrán parar el proceso soberanista en Cataluña. Además, aseguró que "irán a por mí". "Querrán desestabilizar el proceso y desestabilizarme", agregó.
Durante un acto de apoyo electoral de miembros de la sociedad civil a Mas, este ha pedido una "mayoría excepcional" para un "momento excepcional" y ha asegurado que en las próximas elecciones habrá gente que dará a CiU votos que sean "prestados" para sacar adelante su proyecto. "No se puede encabezar un proyecto de esta magnitud sin un liderazgo fuerte", ha subrayado.
Ha asegurado, sin concretar más, que siempre que sea necesario CiU "dará un paso atrás a favor" de este proceso, iniciado para que Cataluña pueda llegar a tener un estado como los otros de Europa, porque el proyecto va mucho mas allá de cualquier formación política y de cualquier persona, y su partido es un "instrumento" a favor del mismo.
Durante su discurso, el candidato de CiU y presidente de la Generalitat ha afirmado que Cataluña vive "momentos excepcionales", de lo que fue plenamente consciente durante la celebración de la última Diada, en la que una "riada" de gente salió a la calle para decir "basta" y apuntarse a un "proyecto de ilusión colectiva" y que, entonces, decidió ponerse "al lado de la gente".
Ha pedido que la voz de la calle "se transforme en votos en las urnas porque "nos jugamos mucho", y para que quede claro que en aquella manifestación no había "manipulación" ni "deriva nacionalista", sino una mayoría social para que Cataluña llegue a tener un estado como cualquiera de los que hay en Europa.
Mas ha asegurado que ha llegado el momento de ejercer el derecho a la autodeterminación, que los catalanes no han podido disfrutar en tres siglos.
Ha pedido a la gente que "no tenga miedo" porque, si en las próximas elecciones catalanas se demuestra que hay un "clamor del pueblo", el proceso de Cataluña no lo podrá para nadie. "Esto es lo que nos jugamos en las urnas", ha añadido.
"Si hay una mayoría rotunda y clara del derecho a decidir y de tener instrumentos de Estado, no se podrá pasar por alto el resultado del 25-N", ha dicho Mas, quien ha insistido en que por eso interesa un resultado "contundente" para que a España y a Europa les quede claro lo que Cataluña quiere.
También ha apuntado que ante los "ataques, provocación, insultos y amenazas" hay que responder con "serenidad" porque los que quieren llevar este debate al "terreno de la bronca" ganan en esta estrategia, pero "en el terreno de la democracia, ganamos nosotros".
Ha advertido de que este proceso puede ser más complicado de lo que parece y "no es fácil" liderarlo porque hay gente que intentará desestabilizarlo, y ha insistido en que espera seguir con este proyecto hasta el final mientras tenga al pueblo a su lado.
Ha considerado "legítimo" que haya gente que diga que ha convocado elecciones anticipadas para no hablar de los recortes, cosa que ha negado, aunque ha dicho que los que prometen que no habrá más recortes "están engañando" y ha insistido en que el compromiso de CiU es hacer que Cataluña tenga instrumentos para tomar sus propias decisiones y más recursos.
Mas ha dicho que lo primero que hará después de las elecciones será convocar a todos los partidos políticos para "consensuar la hoja de ruta de Cataluña".





Tras el manifiesto "federalista" publicado el domingo por El País, este lunes le toca el turno a El Mundo, diario en el que destacados intelectuales han firmado otro documento en apoyo a la unidad de España, que, a diferencia del diario de Prisa, no sólo es "a favor de la izquierda".
El manifiesto supone "un paso al frente" para responder al reto secesionista de Artur Mas, defendiendo el respeto al ordenamiento jurídico y al marco de convivencia establecido por la Constitución como único cauce. Este documento surgió por iniciativa del ex secretario general del PSE Nicolás Redondo Terreros, y ha sido firmado por 40 personalidades, algunas de ellas también firmantes del de El País.
Entre otros, destacan firmas como Antonio Elorza, Juan Pablo Fusi, Fernando Savater, Francesc de Carreras, Carmen Iglesias, José Félix Tezanos, Maite Pagaza, Jon Juaristi, Enrique Gimbernat, Jorge de Esteban, Manuel Jiménez de Parga, Santiago González y Arcadi Espada.
Terreros ha explicado a El Mundo que el manifiesto surgió para encontrar un texto que sirviese como "punto de encuentro" que representase la "posición central mayoritaria" a la izquierda y a la derecha, y que reivindicase "el ámbito de la concordia" que se cimenta en la Constitución. El debate podrá ser firmado por cualquier ciudadano a través de una web.
El manifiesto: "Con Cataluña, con España"

    Los abajo firmantes, preocupados por los últimos acontecimientos que se han producido en la vida política de Cataluña, queremos expresar nuestra opinión sobre algunos de los problemas que estos hechos ponen de relieve.

    1º.- Queremos dejar patente nuestra lealtad a la Constitución de 1978, pieza clave en la construcción de nuestra democracia, uno de los hechos políticos más felices de nuestra reciente Historia. Su vigencia a lo largo de los últimos 34 años ha constituido y constituye la garantía del periodo más largo de convivencia democrática que nos hemos dado los españoles.

    2º.- Como herederos de las tradiciones liberal y socialdemócrata de las que procedemos, queremos reivindicar el Estado y la Nación españoles, obra del pasado, el presente y el futuro de un pueblo que quiere permanecer unido en defensa de la libertad, la igualdad, el pluralismo político y el progreso económico.

    3.- Consideramos que Cataluña se ha hecho acreedora de la estima y la solidaridad del resto de España. Nadie debe olvidar su importante contribución al proceso de modernización de nuestro país y su acogida a miles de trabajadores de otros lugares de España. De análoga manera, es preciso recordar la aportación de éstos al crecimiento y al desarrollo de la economía y a la modernización de la sociedad catalana. Por todo ello, no estamos dispuestos a que un muro de incomprensión y agravios inventados pueda ser levantado dentro de la sociedad catalana, y entre la sociedad catalana y los ciudadanos del resto de España.

    4º.- Queremos llamar la atención sobre el riesgo de fractura a que pudieran conducir actitudes irresponsables en medio de las dificultades por las que atraviesa la vida española. Lejos de enfrentarnos a la crisis de forma desunida, pensamos que es el momento de movilizar los recursos de la Nación y buscar el acuerdo de todas las fuerzas políticas y sociales para salir del preocupante trance en que nos encontramos en España y en Europa .

    5º.- Llamamos a respetar los cauces democráticos en todo intento de solución que se plantee para resolver los actuales problemas políticos: la observancia y el acatamiento de las leyes, el cuidado de la convivencia y el respeto a los procedimientos previstos en el ordenamiento jurídico. No estamos dispuestos a asistir al fracaso de un orden democrático en el intento de abordar la solución a problemas que solamente pueden verse agravados con el recurso a traumáticos expedientes de ruptura.

    Terminamos haciendo apelación a la cordura, la responsabilidad y la prudencia como actitudes indispensables para hacer frente al reto que algunos pretenden plantear a la sociedad española, manifestando nuestra confianza en el marco constitucional y en el Estado de Derecho como terreno idóneo para la búsqueda de soluciones sobre el futuro de España.

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