SÁNCHEZ EMPIEZA A PAGAR LAS FACTURAS DEL SECESIONISMO CATALÁN
Pedro Sánchez no ha pestañeado cuando el presidente marioneta Quim Torra, el racista, se permitió anunciar la restauración de las embajadas suspendidas tras la aplicación del artículo 155. Ha permanecido impávido ante la bofetada a España que el presidente títere propinó a nuestra nación en Washington. No se ha alterado ni siquiera por el nombramiento de la prófuga Serret como delegada de la Generalidad en Bruselas. Y ha vuelto la cabeza para no ver los desplantes diarios que Torra le hace a España. El presidente ha escrito que los españoles “son bestias carroñeras, víboras, hienas con una tara en el ADN”.
La última factura abonada puntualmente por Pedro Sánchez es el traslado de los políticos presos, acusados de golpistas, a las cárceles de Cataluña, que dependen de la Generalidad y en las que se acogerán a todos los beneficios penitenciarios, con evidente riesgo de fuga, además. Desconocemos qué otras facturas pasarán los secesionistas a Pedro Sánchez por votar a favor de la moción de censura. A muchos españoles les pone los pelos de punta lo que le puede costar a España el honor de que Pedro Sánchez sea nuestro presidente del Gobierno. Eufemismos y justificaciones virtuales aparte, constituyen un gran escándalo las concesiones que el señor Sánchez está haciendo a Pablo Iglesias, líder de Podemos y hábil muñidor de la moción de censura; a los nacionalistas vascos y a los secesionistas catalanes. Un mes después de la moción de censura, se empiezan a desvelar las facturas que se están pagando a costa de la dignidad de España y del dinero de los españoles.
Luis María ANSON
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