MUNICIPALES 2019
Manuel Valls apuesta por una Barcelona "abierta, global y bilingüe"
Efe
Frente a la "capital imaginaria de una república imaginaria" y "cerrada" del independentismo.
El ex primer ministro francés y candidato a la alcaldía barcelonesa Manuel Valls ha esgrimido su voluntad de hacer de Barcelona una ciudad "abierta, global y bilingüe", también reivindicando su catalanismo, frente a la "capital imaginaria de una república imaginaria" y "cerrada" del independentismo.
Valls ha protagonizado hoy una rueda de prensa en Barcelona en la que ha desgranado los primeros detalles de su plataforma Barcelona, capital europea, que promueve para las municipales de 2019 y que presentará el próximo mes de noviembre en un gran acto.
Una comparecencia ante multitud de medios de comunicación en la que ha estado también presente el debate sobre la independencia en Cataluña, cuestión respecto a la que Valls ha dejado claro que él no quiere ser "agresivo", sino "moderado", porque "Barcelona pide moderación".
"Podemos hablar del 'procés' y del independentismo, que son cosas muy serias, de forma civilizada, sin insultos, respetando la opinión de todos, de la mayoría y el espacio público", ha señalado.
"El proceso independentista ha intentado poner a Barcelona en una encrucijada de incertidumbres y no se puede resolver desde el Ayuntamiento ejerciendo una equidistancia forzada, sino que se deben tener ideas muy claras", ha subrayado después en una crítica velada al papel de la alcaldesa Ada Colau y los comunes en el conflicto soberanista.
Valls ha alertado de que las primeras consecuencias del proceso independentista han sido la "huida de miles de empresas, pérdida de imagen en el extranjero, de peso de económico y de puestos de trabajo", así como eventos e inversiones en peligro.
La ciudad, ha dicho, "sólo puede ser gobernada pensando en ella misma", y ha agregado: "Me parece que primero debemos responder a los problemas de los barceloneses. La prioridad es Barcelona, Barcelona y Barcelona".
Valls ha contrapuesto "la idea de que Barcelona sea capital imaginaria de una república imaginaria" a la "gran ciudad abierta, global, con una marca internacional increíble, una ciudad en la que el bilingüismo debe ser fuerza y no problema, donde hay tantos otros idiomas, turistas, gente que viene para invertir; una ciudad que habla al Mediterráneo, que habla a Europa".
Para el alcaldable, Barcelona "tiene la suerte de poder hablar al mundo a través del castellano, a 500 millones de personas", en paralelo con "su identidad catalana y su catalanismo cultural, en un sentido abierto de la palabra", y dirigiéndose a "todos los que se sienten catalanistas" ha recordado la tradición catalanista en su propia familia.
Valls ha rechazado las "trincheras entre ricos y pobres o entre los que hablan catalán o castellano", ya que ha opinado que, cuando Eduardo Mendoza o Javier Cercas "escriben en español, lo hacen como catalanes y barceloneses a todo el mundo", lo que para él supone "una fuerza increíble".
Es por ello que ha avisado a los partidos independentistas de que, "si quieren hacer de Barcelona solo un debate sobre la independencia", él les repetirá, "con moderación, sin insultar a nadie, con argumentos", que su intención es "hablar de respeto, democracia, Estado de derecho y separación de poderes, valores inscritos en la Constitución y el Estatut".
"¿Qué queremos? ¿Una Barcelona cerrada, replegada, perdiendo fuerza? ¿O que mire al futuro con ilusión y optimismo?", ha señalado, ironizando con que los propios dirigentes independentistas consideraron en su momento "extraordinario" que "un niño de Horta llegara a ser ministro de Francia".
Y ha rememorado cómo, en enero de 2015, tras los atentados de Charlie Hebdo en París, la manifestación en la capital francesa unió a Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Artur Mas, Ramon Espadaler o Xavier Trias. "Eso lo que me gusta a mí", ha aseverado.
La ciudad, ha dicho, "sólo puede ser gobernada pensando en ella misma", y ha agregado: "Me parece que primero debemos responder a los problemas de los barceloneses. La prioridad es Barcelona, Barcelona y Barcelona".
Valls ha contrapuesto "la idea de que Barcelona sea capital imaginaria de una república imaginaria" a la "gran ciudad abierta, global, con una marca internacional increíble, una ciudad en la que el bilingüismo debe ser fuerza y no problema, donde hay tantos otros idiomas, turistas, gente que viene para invertir; una ciudad que habla al Mediterráneo, que habla a Europa".
Para el alcaldable, Barcelona "tiene la suerte de poder hablar al mundo a través del castellano, a 500 millones de personas", en paralelo con "su identidad catalana y su catalanismo cultural, en un sentido abierto de la palabra", y dirigiéndose a "todos los que se sienten catalanistas" ha recordado la tradición catalanista en su propia familia.
Valls ha rechazado las "trincheras entre ricos y pobres o entre los que hablan catalán o castellano", ya que ha opinado que, cuando Eduardo Mendoza o Javier Cercas "escriben en español, lo hacen como catalanes y barceloneses a todo el mundo", lo que para él supone "una fuerza increíble".
Es por ello que ha avisado a los partidos independentistas de que, "si quieren hacer de Barcelona solo un debate sobre la independencia", él les repetirá, "con moderación, sin insultar a nadie, con argumentos", que su intención es "hablar de respeto, democracia, Estado de derecho y separación de poderes, valores inscritos en la Constitución y el Estatut".
"¿Qué queremos? ¿Una Barcelona cerrada, replegada, perdiendo fuerza? ¿O que mire al futuro con ilusión y optimismo?", ha señalado, ironizando con que los propios dirigentes independentistas consideraron en su momento "extraordinario" que "un niño de Horta llegara a ser ministro de Francia".
Y ha rememorado cómo, en enero de 2015, tras los atentados de Charlie Hebdo en París, la manifestación en la capital francesa unió a Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Artur Mas, Ramon Espadaler o Xavier Trias. "Eso lo que me gusta a mí", ha aseverado.
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