EL REY SORTEÓ CON HABILIDAD LAS INTEMPERANCIAS DE TRUM

Luis María ANSON

Donald Trump es agresivo e impertinente. Sus razones son casi siempre flechas disparadas sin piedad. Pero es el presidente de los Estados Unidos de América, la primera potencia tecnológica, cultural, económica y militar del mundo. Si se quiere caminar por las cumbres del mundo internacional, resulta imprescindible entrevistarse con él y conversar en el despacho oval de la Casa Blanca.

Todas las noticias contrastadas que me llegan es que Felipe VI ha sabido tratar con mano izquierda al presidente intemperante. Ha frenado sus agresividades, le ha regateado con suavidad a lo Iniesta y le ha planteado cuestiones económicas que tal vez dulcifiquen, o al menos no acentúen, las medidas contra España. El Rey juega en Estados Unidos, respaldado por la relación de España, con todo el mundo iberoamericano y la presencia relevante en aquellas naciones de las grandes empresas españolas, robustecidas por un entendimiento cultural cada vez más fluido.

Aseguraron muchos a Don Felipe que debía mantenerse al margen de este presidente de los Estados Unidos, tan controvertido y prepotente. En mi opinión, ha hecho bien en entrevistarse con él y la verdad es que el respeto y la cordialidad han sido las características sobresalientes del encuentro y de la conversación mantenida en la Casa Blanca. Gracias a Don Juan Carlos, la Monarquía parlamentaria española tiene una excelente acogida en la primera nación del mundo. Felipe VI ha seguido la estela de su padre al servicio del pueblo español. Y aunque la reserva preside el contenido de la entrevista en la cumbre, sabemos ya que el resultado ha sido altamente positivo. Algunos, sin embargo, seguirán pensando que con quien debería haberse entrevistado Don Felipe es con el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro.

Luis María ANSON